10 DE NOVIEMBRE: DÍA DE LA TRADICIÓN ARGENTINA

 

DÍA DE LA TRADICIÓN ARGENTINA


El 10 de noviembre se celebra el Día de la Tradición Argentina en homenaje a uno de los grandes escritores de nuestro país: José Hernández.

 Fue uno de los referentes de la literatura gauchesca, con El gaucho Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879), como sus obras más importantes. El gaucho payador Martín es el protagonista de la historia quien, víctima de la opresión y la injusticia, huye para convertirse en un gaucho fuera de la Ley.

Hernández había nacido el 10 de noviembre de 1834, en los caseríos de Perdriel, en la chacra de su tío Juan Martín de Pueyrredón. Estudió en el Liceo de San Telmo y, en 1846, viajó con su familia al sur de la provincia de Buenos Aires, donde se familiarizó con la vida rural y las costumbres de aquel personaje tan autóctono de la región: el gaucho.


Por otra parte, las luchas políticas también caracterizaron su vida. En 1858, con 24 años y junto con varios opositores contra el gobierno de Alsina emigró a Paraná; participó en la Batalla de Cepeda y también en la de Pavón, del bando de Urquiza. Fue también un momento en el que comenzó su labor periodística. Y lo hizo en el periódico Nacional Argentino, con una serie de artículos en los que condenaba el asesinato de Vicente Peñaloza. Luego, se publicaron en forma de libro, en 1863, con el título de Vida del gaucho.

También trabajó en los diarios El Litoral; El Argentino; El Eco de Corrientes, entre otros. Allí publicó artículos sobre las tensiones de su propio tiempo y referidos a la cuestión del gaucho, de la tierra, la política de fronteras y el indio. 

El compromiso político de José Hernández lo llevo a ser diputado provincial y, en 1880, ya como presidente de la Cámara de Diputados, fue un gran defensor del proyecto de federalización, por el cual Buenos Aires pasó a ser la capital del país. En 1881 fue elegido senador provincial y logró mantenerse en el cargo hasta 1885, un año antes de su muerte, el 21 de octubre de 1886, a los 51 años.



La fecha

La celebración del “Día de la Tradición”, instaurada cada 10 de noviembre, se hizo oficial en 1939, cuando el Congreso aprobó la Ley N.º 4756, cuyo autores -Edgardo J. Míguenz y Atilio Roncoroni- reconocieron el pedido de la Agrupación Bases, que expresaba las ideas del periodista y poeta costumbrista Francisco Timpone, para homenajear y celebrar las tradiciones gauchas en la Provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, fue más tarde con la Ley Nacional N.º 21.154 de 1975, cuando ya de forma definitiva se consagró aquella fecha conmemorativa para todo el territorio argentino.


29 DE SEPTIEMBRE: DÍA NACIONAL DE LA ZAMBA

 DÍA NACIONAL DE LA ZAMBA


Un día como hoy, pero de 2012, el Congreso de la Nación sancionó la Ley Nº 1.696 que elegía al 29 de septiembre como el Día Nacional de la Zamba, en honor al natalicio de, uno de los padres del folklore argentino, Gustavo "Cuchi" Leguizamón. A pesar de ello, bailarines y amantes de nuestra música de raíz siguen tomando al 7 de abril cómo referencia.

Gustavo "Cuchi" Leguizamón, nació en Salta el 29 de septiembre de 1917 y falleció el 27 de septiembre de 2000. Fue un compositor argentino de música folklorica, creador de zambas, chacareras, carnavalitos, vidalas inolvidables en las que habitan el amor, la tragedia, la miseria, el sarcasmo, la ternura. Era un enamorado de la baguala («Toda gran zamba encierra una baguala dormida: la baguala es un centro musical geopolítico de mi obra»)

Es autor de las zambas famosas que representan a la cultura musical de Salta; la música popular. Sus obras son características por su armonía, ritmo, riqueza melódica y temática musical, entre otros atributos. Escribió: Zamba del Pañuelo, Zamba del Mar, Zamba del Panza Verde con Jaime Dávalos, Chacarera del Expediente, Carnavalito del Duende, Zamba Argamonte con Manuel J. Castilla, Zamba para la Viuda con Miguel Ángel Pérez, Bajo el azote del Sol con Nella Castro.

Además es autor de la música de otras composiciones que se convirtieron en clásicos de la música popular como: Lloraré, Zamba del Carnaval, la Zamba de Balderrama, La Pomeña, la Zamba de Lozano, Maturana, La Arenosa, Si llega a ser tucumana, y la Zamba del Laurel.


Por otro lado “La 7 de abril” es para muchos la madre de las zambas: fue una de las primeras en inscribirse como tal en los registros de SADAIC y además la pieza musical tiene una historia muy particular, rodeada de un halo de misterio.

Para empezar, no se conoce con rigor a su verdadero autor. Tampoco sabemos sobre el motivo de su nombre. Según escribe José Antonio Faro en su libro “Zambas históricas y tradicionales”, existen dos versiones.

Una es la que Andrés Chazarreta le escuchó tocar a músicos populares santiagueños, a inicios del siglo XX, y que en 1916 registró a su nombre, con una letra romántica, que nada explica en relación al 7 de abril.

En 1923, Manuel Gómez Carrillo publicó una versión cuyas diferencias con la de Chazarreta son de notación musical, dato irrelevante para músicas de tradición oral. A esa versión, Leda Valladares le agregó años más tarde una letra que tampoco explica el nombre.

La Zamba es romántica, sensual y provocativa. Esta danza típica retrata el momento del encuentro entre dos almas, que mezcla pañuelos y miradas y que ha sido musa de muchos artistas que dieron vida a grandes letras como “Zamba para olvidarte”, “Zamba para no morir”, “Luna tucumana”, “Zamba de usted” o “Zamba de mi esperanza”, entre tantas otras.

En la danza, la coreografía combina tres figuras: el arresto, la media vuelta y la vuelta entera. Dentro de la zamba existen varias modalidades como, por ejemplo, la "zamba carpera" que se distingue por ser un ritmo más ligero y porque en su música sobresale el bandoneón.

La "zamba alegre", en tanto, es la que se baila de manera más suelta y dinámica, tiene dos movimientos, dieciséis compases de zamba y otros tantos de gato y doce compases finales.

Con fecha "oficial" y "no oficial", la zamba es celebrada cada día, bailada y cantada a lo largo y ancho del país, porque es parte esencial del folklore popular y está en el ADN del argentino.




13 DE SEPTIEMBRE: DÍA DEL BAILARÍN DE FOLKLORE

 DÍA DEL BAILARÍN DE FOLKLORE


Desde 1998, cada 13 de septiembre se conmemora en Argentina el “Día del Bailarín Folklórico” en homenaje al bailarín y coreógrafo cordobés Santiago Ayala, más conocido como “El Chúcaro”, fallecido un 13 de septiembre de 1994 a los 75 años.

Santiago Ayala fue un destacado bailarín y coreógrafo argentino, conocido internacionalmente, nació en el barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba el 16 de octubre de 1918 y especializado en danzas folklóricas de Argentina.



Con el fin de convertir las danzas costumbristas en un elemento de inspiración artística, estableció la Compañía de Arte Folklórico, incorporando hacia el año 1953 a su reconocida y legendaria compañera de trabajo de toda la vida, Norma Viola. Esta agrupación se transformó en el Ballet Folklórico Argentino, que luego se llamó Ballet Popular Argentino. Finalmente, en 1986, a través de un Decreto de Ley aprobado por el Congreso de la Nación se creó el Ballet Folklórico Nacional, dirigido por él mismo y Norma Viola; debutaron en el Teatro Colón de Buenos Aires el 9 de julio de 1990, terminado de consolidarse.

Su vida fue un reflejo de entrega y vocación hacia la danza, tanto es así, que bailó hasta los 70 años, aunque siguió dirigiendo el Ballet hasta su muerte. “El Chúcaro” falleció a los 75 años.

Creó un estilo de danza inspirado en fuentes populares, con una particular interpretación adornada con matices en busca de un lenguaje propio.

Cientos de miles de argentinos encuentran su pasión bailando gatos, chacareras, o zambas, ya sea de forma profesional arriba de las tablas, o en peñas y encuentros folklóricos que transforman la pista en pura tradición.


22 DE DE AGOSTO: DÍA MUNDIAL DEL FOLKLORE Y DÍA DEL FOLKLORE ARGENTINO

 

DÍA MUNDIAL DEL FOLKLORE Y DÍA DEL FOLKLORE ARGENTINO



Todos los 22 de agosto se celebra en el mundo el Día Internacional del Folklore. En la Argentina, además, se conmemora el Día del Folklore Argentino.

Folklore es una palabra de la lengua inglesa que también se utiliza en nuestro idioma, aunque, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), se escribe folclore. Aunque puede aparecer escrita como folcklore, folclor o folklor.

Fue el arqueólogo inglés William John Thoms quien usó por primera vez la palabra “folklor”, el 22 de agosto de 1846, en un escrito publicado en la revista The Athenaeum de Londres. El concepto deriva de "folk" (pueblo, gente, raza) y de "lore" (saber, ciencia), y se conjuga como el "saber popular".


El 22 de agosto de 1960,se realizó en Buenos Aires el Primer Congreso Internacional de Folklore. Presidido por el prestigioso folklorólogo salteño Augusto Raúl Cortazar, el Congreso reunió a representantes de 30 países quienes instauraron el 22 de agosto como el Día del Folklore.

La celebración coincide con el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917), el etnólogo, arqueólogo, historiador, proclamado el “padre de la ciencia folklórica argentina“, por ser un pionero en realizar trabajos de exploración arqueológica y en dedicarse a estudios sistemáticos del folklore nacional.


En 1885, con apenas 20 años, Ambrosetti emprende su primera expedición al Chaco, uno de los tantos viajes donde explora el suelo argentino, las culturas, las costumbres y creencias. En los Valles Calchaquíes y Quebrada de Humahuaca se centraron sus investigaciones más relevantes, ya que, durante años, junto con una caravana de expertos y colaboradores, descubre y describe con lujo de detalles la ciudad prehistórica de La Paya (Salta), y el Pucará de Tilcara (Jujuy).

Salvador Debenedetti y Alejandro Casanova fueron sus discípulos y continuadores de su obra. En 1904, Ambrosetti fundó el Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires que lleva su nombre, desde donde estimuló investigaciones etnográficas y folkóricas para el conocimiento de las sociedades indígenas y criollas contemporáneas.

 El folklore trata de tradiciones, de hechos sociales, estéticos, compartidos por la población y que suelen transmitirse de generación en generación. Nos habla de un saber popular e incluye los bailes, la música, las leyendas, los cuentos, las artesanías y las supersticiones de la cultura local, las coplas, entre otras manifestaciones multidimensionales.

 Augusto Raúl Cortazar (primo del escritor Julio Cortazar) dedicó su vida al estudio del folklore. Para él, el folklore es una palabra polivalente y tiene una doble acepción que remite al “saber del pueblo” y “lo que se sabe acerca del pueblo”. Para que un hecho reúna la esencia de lo folklórico debe cumplir con ser popular, tradicional, colectivo, oral, funcional, empírico y regional, describió Cortazar en Esquemas del folklore.

En un aniversario más del día del folklore, celebramos los fenómenos folclóricos que se crean y se recrean entre las memorias y transformaciones de los pueblos.


“El folklore integra orgánicamente la vida del pueblo; pues bien: éste incorpora también a su vida actual ese pasado, que sobrevive en la memoria colectiva, no como simple recuerdo de algo ocurrido y concluso en una época cualquiera, sino como tradición, como elemento proveniente de un pretérito indeterminado, pero vigente hoy en las preferencias colectivas, en los ideales comunes, en las costumbres, en las normas consuetudinarias” - Augusto Cortazar

La historia de la Zamba "LA TEMPRANERA"

 La historia de la Zamba "LA TEMPRANERA"


La zamba “La tempranera”, con letra del poeta villamercedino León Benarós (1915 - 2012) y música del compositor santafesino Carlos Guastavino (1912 – 2000), fue un himno que animó por años cada festival en Monteros, escenario que eligió el poeta para esa historia de romance adolescente.

León Benarós fue un poeta que desde los 14 años ya escribía versos y a una temprana edad era un estudioso del folclore, aprendió a conocerlo y a disfrutarlo. Conoció al músico Carlos Guastavino, quien habría leído “El rostro inmarcesible”, y quien al contactar con el poeta le preguntó si no tendría algunas letras para musicalizar, tal que, le ofreció componer música para las mismas. A lo cual el poeta aceptó de inmediato y le dio “El Sampedrino”, la cual fue la primera colaboración de una complicidad artística que se extendería por más de sesenta composiciones.

Gustavino confiesa que, para plantearse esta composición de “La tempranera”, tomó como modelo la "Zamba de la Candelaria" de Falú y Dávalos: “Era como si a un poeta que nunca había oído hablar del soneto, le dieran precisamente un soneto para estudiar sobre el mismo y los aspectos formales del poema". En el primer ensayo reconoce que se adhirió demasiado al esquema formal, pero luego se dejó ir en algo profundamente personal y libre: "Andaba por la calle como sobreexcitado, con la libreta de apuntes en el bolsillo, anotando melodías que se me iban ocurriendo".

Hasta ese momento Guastavino escribía su música sobre la poesía de Benarós, dejándose emocionar por sus versos y sin cambiar ni una coma. Pero esta vez fue él quien le pidió al poeta invertir los roles, proponiéndole que escriba la letra para una zamba que ya tenía hecha. Esa fue la única vez que Benarós trabajo sobre una música dada.

Al estudiar la melodía para empezar con la letra, Benarós, imaginó un amor juvenil. En ese entonces el autor tenía un amorío con una joven tucumana y de alguna manera surgió de ahí el amor plasmado en su obra, un amor pintado con lirismo, con fineza, con frases como: “paloma tibia de Monteros”, porque no es un amor tempestuoso, sino un amor tranquilo, lírico, no es una paloma tempestuosa, sino que habla de la dulzura.

Sus padres llegaron a Argentina en 1900. Y su padre sería un muchacho de 20 años cuando estuvo en Monteros. Por eso, como una especie de homenaje, Monteros aparece en la zamba.

Su estructura formal es la de la zamba tradicional, esto quiere decir que puede ser bailada con la coreografía convencional. Precedida por una introducción de doce compases, tiene dos partes exactamente iguales (por supuesto su texto varía) y el registro utilizado es cómodo.

Su textura es una clara melodía acompañada, donde el piano tiene a su cargo el acompañamiento con apoyos armónicos ritmados, que por momentos refuerzan la línea melódica de la voz. Es en la armonía donde se destaca una esmerada elaboración, evidenciando, dentro de un "argentinismo estilizado", la impronta del refinado talento compositivo del santafesino, en conjunción perfecta con la natural aristocracia de la zamba. Consecuencia de ello es que aún hoy nos siga cautivando.

"Al bailar esta zamba fue que rendido te amé.
Eras mi tempranera, de mis arrestos prisionera.
Mía, ya te sabía, cuando, por fin, te coroné".

El éxito fue tal durante años, desde la primera versión de los Quilla Huasi, hasta Mercedes Sosa, que fue un himno en Monteros con el que iniciaban los actos populares.

León Benarós, apuntó a que dicha zamba ha sido traducida hasta en japonés, y llegaron derechos de autor del exterior, de países como: Países Bajos, Japón, México, España, Inglaterra, etc., lo cual refleja su popularidad.

Y como es y será una de las obras del cancionero folclórico popular que no dejaremos de admirar y disfrutar.


"Sería feliz si estos romances alcanzaran la amistad de las guitarras anónimas".

-León Benarós-


"El músico debe aspirar a que su canción perdure en el tiempo, fresca, radiante, aunque ya nadie se acuerde de quién la escribió".

-Carlos Guastavino-.


Letra y Acordes de "La Tempranera"


La historia de la Zamba "ANGÉLICA"

 

La historia de la Zamba “ANGÉLICA”





 

“No olvidaré cuando en tu Córdoba te vi
y tu clavel bajo los árboles robé.
Mis brazos fueron tu nido, tu velo, la luz
de la luna entre los álamos”

    El creador de esta zamba es el autor y compositor folclórico Roberto Cambaré, cuyo nombre verdadero era Vicente Cambareri, como su padre. Nacido en 1925 en Balcarce, provincia de Buenos Aires.

    Roberto Cambaré, adoptó su seudónimo por consejo de quién lo apadrinó, Horacio Guarany, y a quién acompañó con la guitarra al iniciar su carrera profesional. El mismo Guarany insistió en grabar “Angélica”.

    Todo es rigurosamente cierto, aunque magnificado por el recuerdo. Quien ama exagera tanto los dones como el desdén de la amada. Es ahí cuando convierte su recuerdo en poesía. 

    Cambaré llego a Salsipuedes (el pueblito de Córdoba del que habla la canción) luego de que partiera con su hermana y el marido de la misma, el cual era telegrafista, y quien habría conseguido mejores oportunidades laborales en el lugar.

    En aquel pueblo, donde levantaron su casa, y con no más de 20 años de edad, conoció una hermosa joven, morocha, de largos cabellos, delgada y de baja estatura, una linda criolla, de la que se enamoró a primera vista. La atracción fue mutua e inmediata, seguido de un intenso romance, un amor idílico pero fugaz, de aproximadamente un mes, pues ella -verdaderamente- volvería a Buenos Aires. No hubo un enojo como tal, pero si cierto distanciamiento.

    Al pasar los años, alrededor de 10, siendo un hombre de mas de 30 años, tuvo un metejón muy fuerte que lo llevo a volver varios años en el tiempo, lo transportó a aquel recuerdo de aquella niña llamada Angélica.

    Siendo inspirado por dichas memorias, elaboró un plan distinto de composición, se preocupó por redactar versos terminados en palabras esdrújulas. Ello lo obligaría a componer una melodía diferente, sincopada. Las primeras palabras que se le ocurrieron fueron Angélica y Córdoba, ambas esdrújulas. Escribió una pequeña lista de palabras esdrújulas, eligiendo las que se adaptaran a su mensaje, y casi en un santiamén tenia la zamba casi lista. Solo faltaban detalles en el estribillo para culminar con semejante obra, melodías que encontraría al poco tiempo volviendo de la casa de su hermana.

 Era una mañana de otoño de 1958, en Mar del Plata, cuando llegó su madre y se puso a cebarle mates. Él comenzó a entonar las estrofas de aquella canción que se convertiría en uno de los emblemas del cancionero folclórico popular y el cual seria interpretado por cientos de artistas, la zamba “Angélica”.

 

Comentario de Cucho Márquez:

    La magia del cancionero argentino reside en combinar poemas de gran belleza literaria, con partituras musicales que son verdaderos hallazgos. No creo que esta zamba de Cambaré pudiera faltar en ninguna antología del folclore. Si uno se sorprende por la belleza de las imágenes:

 "Tus párpados, si por instantes
te vuelven los ojos mansos,
recuerdan cuando en el cielo de pronto se ve
que nace y muere un relámpago";

 al escuchar esta melodía cordobesa, se descubre algo tan celestial como su nombre. No es de extrañar que se hayan grabado de ella innumerables versiones, entre las que destacará siempre la versión de los Chalchaleros de a finales de los años sesenta, en la que el gusto musical de Ernesto Cabeza, la madurez cantora de Juan Carlos Saravia, y la aportación de los nuevos miembros Pancho Figueroa y Polo Román, lograron entusiasmar hasta a los ángeles.




 S.A.D.A.I.C

47001 | ISWC T0370510976
Registrada el 13/04/1961
T | ANGELICA
N | CAMBARERI VICENTE
S | ROBERTO CAMBARE

ÁNGELICA - LETRA

 

(Redacción basada en la Entrevista de Bernardo Noel a Roberto Cambaré y a su testimonio en el programa “como hice” del canal Encuentro 2015)

Zamba y Acuarela - Letra y Acordes

 Raly Barrionuevo - Zamba y Acuarela

Versión simple


Intro: Arpegio en G6


                   Am                         D
Con tu pollera que vuela
                            G                              Em
bailo esta zamba sin prisa.
                 Am                               D
Tus movimientos me llevan
                     Dm              G7    
como un cometa en la brisa
     C                   D                Bm        E7
tus movimientos me llevan
Am                  D7             G
como un cometa en la brisa.
 
                         Am                   D
Ya me estoy acomodando
                      G                               Em
en este instante del tiempo
                        Am                         D7
tus pies dan vueltas y vueltas
                    Dm             G7      
tus labios los besa el viento,
C                      D              Bm        E7
tus pies dan vueltas y vueltas
Am             D7                G
tus labios los besa el viento.
 
 
Estribillo:
 
Bm7b5        Am                              D7
    Esta zamba hecha miel,
                                G
se hace una hoguera en la distancia
               Am                     D                     Bm                      E7
quiero hacerte el amor en las mañanas de Santiago
        Am                     D7              Dm7 G7
pintar con tu acuarela mis ocasos,
                 C                     D                     Bm                      E7
quiero hacerte el amor en las mañanas de Santiago
    Am                   D7                              G6
amanecerme zamba entre tus brazos.

Punteo Tab (Fácil de tocar, la que explica Raly en el video)

              Am                         D
Y no resisto acercarme
                       G                              Em
hacia tu cuerpo que huele
                    Am                       D
a una florcita del pago
                     Dm              G7    
que entre los montes florece,
              C               D                Bm        E7
a una florcita del pago
Am                  D7             G
que entre los montes florece.

                 Am                         D
 Sigue girando la zamba,
                       G                         Em
sigo asentado en tu pecho.
                    Am                       D
Te enredo con mi pañuelo
                     Dm              G7    
me enredas con tu silencio,
             C               D                Bm        E7
te enredo con mi pañuelo
Am                  D7             G
me enredas con tu silencio.


Estribillo.


Letra y Música: Raly Barrionuevo
Video del canal : "Niño Raro"